Se trata de seis comunidades de Huánuco, San Martín y
Ayacucho, formadas por más de 10,000 integrantes y que, de la mano con
la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), han
decidido dejar la siembra de la hoja de coca para optar por nuevos
tipos de cultivo que les han resultado mucho más rentables.
Para Mario Flores Chirizente, vocero de los comerciantes, ha sido un proceso gradual que
comenzó en el 2005 con la llegada de especialistas que les expusieron
las ventajas de trabajar dentro de la legalidad y que se fortaleció con
la lucha contra el narcotráfico que se ejecuta en la zona.
"Cuando
el narcotráfico llegó a nuestras tierras muchos nos vimos obligados por
ellos a trabajar en lo que nos ofrecían. Esto cambió gracias a la
capacitación y talleres que hemos recibido y a que cada vez hay más
esfuerzos por parte de las Fuerzas Armadas de erradicarlos. Hoy estamos
mejor, podemos estar tranquilos", comentó.
En
esta nueva visión de trabajo se ven apoyados en la siembra de frutas
como la piña, papaya y plátano, que han resultado comercialmente
exitosas, así como en otras plantas como el café o el ajonjolí.
La
capacitación comercial y empresarial que recibieron los hace comprender
el valor de lo que venden, basados en su esfuerzo y en los estudios que
han llevado, lo que va de la mano con las charlas sobre técnicas de
sembrado y titulación de terrenos, además del mejoramiento de vías para
la salida de sus ventas.
Por otro
lado, Chirizente confiesa que lo más difícil del cambio ha estado
relacionado a aspectos más cercanos a la capital que a sus propias
tierras. "Los que hemos venido a Lima para dedicarnos a vender
los productos hemos tenido que adaptarnos a una ciudad totalmente
distinta a la nuestra, a una alimentación diferente y a un clima
radicalmente opuesto al que estábamos acostumbrados", sostuvo.
El jefe de Devida, Alberto Otárola, resaltó que son 20,000 hectáreas de cultivo que el Estado le ha arrebatado al narcotráfico durante los últimos años, lo cual definió como una "lucha inédita en el país".
"A este paso, el Vraem en un tiempo será la gran despensa del país, teniendo en cuenta - solo por dar un ejemplo - que se producen 80 toneladas de piña golden por hectárea y que están son vendidas totalmente", informó.
Agregó que el
cultivo alternativo ha dejado ventas valorizadas en 150 millones de
dólares en el mercado interno e internacional durante el año pasado, lo que los motiva a continuar con este tipo de iniciativas.
Otárola
destacó la labor de pacificación de las fuerzas armadas en las zonas en
cuestión, debido a que el principal problema al momento de ingresar era
la violencia ejercida por los grupos de narcotraficantes establecidos
en el lugar.hu
"Todo es parte del
esfuerzo conjunto entre instituciones. Ponerle fin a esos actos
criminales le da paz a todos los involucrados que hoy pueden dar fe de
que siempre hay una opción mejor. Siempre hay otra alternativa".
remarcó.
Estas
declaraciones tuvieron lugar durante la firma de un convenio entre la
Empresa Municipal de Mercados (EMMSA) y Devida, que tiene como objetivo
impulsar la venta de los productos alternativos para favorecer a las
familias que decidieron dejar atrás los cultivos ilícitos y optaron por
un estilo de vida más tranquilo.
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