Ciudad de Guatemala. La preocupación radica en las posibles implicaciones de dicha disposición.
El 6 de septiembre pasado, el Tribunal Europeo de Justicia
determinó que la miel o cualquier complementos alimenticio que contengan
polen derivado de un Organismo Genéticamente Modificado (OGM) —aunque
sea por una contaminación accidental— deberá contar con autorización
previa para ser comercializados en ese territorio.
La prohibición fue adoptada por la Unión Europea (UE) luego de que la
justicia alemana reconoció una indemnización para un apicultor de
Baviera, Alemania, que denunció que sus colmenas fueron contaminadas con
polen de maíz transgénico de Monsanto.
Situación del país. Según Raúl Solares,
vicepresidente del Comité Apícola de la Asociación Guatemalteca de
Exportadores (Agexport), Guatemala exporta al año unos 120 contenedores,
de 20 toneladas cada uno, de miel de abeja, de los cuales un 88% va
hacia Europa; Alemania adquiere 36%, Reino Unido 19%, y el resto de
Europa el 33%.
El 7% de este producto es enviado a países centroamericanos y
el restante 5% se exporta a Estados Unidos, Canadá y Japón, de acuerdo
con un informe del Comité Apícola de Agexport.
Si bien Guatemala no es uno de los mayores productores de
miel, el producto nacional es cotizado en Europa, por su calidad y su
característica poliflora —derivado de polen de múltiples variedades de
plantas— y su sistema de obtención.
“De ahí la importancia de tomar acciones para que la disposición no nos afecte”, indicó.
De acuerdo con Antonio Ferraté, director de Inocuidad del
Viceministerio de Sanidad Agropecuaria y Regulaciones (Visar), del
Ministerio Situación del país.de Agricultura (Maga), si bien
oficialmente en el país no hay ningún cultivo autorizado para la
producción de OGM, no se deben descartar las posibilidades de presencia
de polen transgénico.
Sin embargo, tras el fallo en Europa, y la creciente presión
de los exportadores para que el Maga emita un certificado que afirme que
Guatemala se encuentra libre de OGM, después de un análisis interno,
esa entidad concluyó que no se puede dar certeza de la inexistencia de
transgénicos tomando en cuenta que en México y Honduras se cultivan y
que las fronteras con ambos países son altamente permeables.
“Aunque la disposición europea es que una miel contaminada
con restos de OGM no debe someterse a las normas de los alimentos
transgénicos, tampoco puede venderse sin autorización ni etiquetado. En
ese caso, al país solo le queda ser transparente y certificar qué miel
tiene residuos de OGM, si así fuera el caso, y qué no”, expuso Ferraté.
America Economia
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